lunes, 28 de marzo de 2016

FACTORES QUE ME SALVARON LA VIDA, MASAJES Y VISIONES

Ya puedo empezar a hablar un poquito, aunque apenas me sale la voz puedo hacerme entender. También he empezado a comer sólido y parece que mi cuerpo acepta bien la comida, aunque con poca cantidad ya me siento llena. Todo el mundo me dice que tengo que comer y eso no es problema para mí porque en ningún momento he perdido el hambre. Mi doctor del aparato digestivo (Dr Madrazo) se queda maravillado de que la comida me siente bien y no la vomite. A este doctor no le había visto antes pero me encanta, es joven, lleva el pelo un poco largo castaño y con gafas. Cuando viene a hablarme no sé cómo lo hace pero me inyecta energía positiva, es alegre, cariñoso y me hace bromas con la Nutella, cuando las enfermeras le dijeron que fue el primer alimento que comí no se lo podía creer y se partía de la risa.

Apenas me ponen ya la máscara fuerte y a diario pasa algún fisioterapeuta que me hace hacer ejercicios para respirar mejor. A veces me pongo nerviosa cuando quiero hablar y respiro fatal, entonces me tienen que subir el oxígeno. Tengo un aparato en el brazo que me mide la tensión cada ciertas horas de manera automática y siempre me despierta por las noches. Entre este aparato, la cama que se va moviendo (y hace ruido cuando se mueve), los enfermeros  que pasan a hacerme la higiene a las 12 de la noche (sí, hay chicos más jóvenes que yo que me lavan mis partes íntimas y lo paso fatal) o las radiografías a las 2 de la mañana, dormir es complicado teniendo en cuenta que a las 6 ya me despiertan.

He preguntado por el accidente y me han dicho que sucedió sobre las 8 de la mañana cuando me iba a trabajar en ciclomotor como cada día, en una curva cerrada en la que también hay cambio de rasante (en la que se ha matado mucha gente) justo antes de entrar en Sitges, un vehículo que venía por el sentido contrario no tomó bien la curva e invadió mi carril chocándome frontalmente. No hubo más heridos y el chico que me atropelló iba bebido... Me dijeron que yo misma tumbada en el suelo di el número de teléfono de mi marido y entonces logré recordar ese momento... Se lo estaba dando a un policía (no recuerdo si era chico o chica), lo dije casi cantando con la voz débil, me dolía mucho el brazo izquierdo y lloriqueaba sin fuerza "por favor, que alguien me ayude, me duele, me duelee!" no podía ver las caras de nadie, sólo podía ver el asfalto y pensaba que nadie me escuchaba y que me iba a morir allí mismo. Lo recuerdo como si fuese un sueño. Después me trasladaron al hospital de Bellvitge en helicóptero (de eso ya no me acuerdo aunque me dijeron que estuve consciente en todo momento hasta que me sedaron una vez subida al helicóptero). Mi padre dice que los médicos le dijeron que hubo tres factores que me salvaron la vida:

1- Que no era bebedora ni fumadora, ya que perdí tanta sangre que en caso de haber sido bebedora o fumadora, no habría llegado viva al hospital.

2- Que el helicóptero estaba disponible para venir a buscarme.

3- Que cuando llegué al hospital, los médicos ya me estaban esperando en quirófano.

Fue duro empezar a saber detalles, pero necesito conocer la verdad. Sé que a ellos les resulta difícil hablarme del accidente.

Desde que desperté del coma inducido que duró once días, a Ilker se le ocurrió la genial idea de darme un masaje en las piernas y en los pies antes de irse por las noches, y creo que no es consciente del bien que me hace... Recuerdo que la primera noche él y mi padre estaban sentados a los pies de la cama e Ilker le dijo a mi padre que me iba a dar un masaje en las piernas. Mi padre no puso muy buena cara, no estaba convencido de que fuese una buena idea pero Ilker siguió con su propósito haciendo caso omiso y diciéndole a mi padre que en Turquía cuando los familiares van al hospital a ver un enfermo es algo típico que se suele hacer para aliviarle, y efectivamente tenía toda la razón. Esa primera vez yo aún no podía hablar, Ilker empezó despacio aplicándome una crema hidratante con mucho cuidado y yo creí tocar el cielo, después de todo lo ocurrido era un gran alivio recibir ese reconfortante contacto físico, la primera vez lloré de la emoción pero creo que no se dio cuenta. Yo miraba a mi padre por el rabillo del ojo y me percaté de su incomodidad, él no sabía dónde mirar y a veces miraba al techo. Quizás pensaba que era un momento demasiado íntimo. Los siguientes días casi siempre me lo hacía cuando nos quedábamos solos y me preguntaba "¿Quieres más?" y yo siempre decía que sí. Adoro sentir ese contacto, es nuestro momento íntimo del día y no quiero que termine nunca.

Estamos ya a 2 de setiembre, han pasado 15 días del accidente e Ilker dice que mañana llega su madre de Turquía. Está contento pero yo me pregunto "¿Qué va a hacer aquí? Estará todo el día en casa aburrida porque además no entiende nuestro idioma.. ¿Cómo lo hará? ¿Cómo hará Ilker para estar pendiente de las dos?". Por otra parte me alivia porque así Ilker se verá obligado a dormir en casa para no dejar a su madre sola, seguro que ella le obligará a comer y cogerá las riendas de la casa. Tengo muchísimas ganas de verla, ella siempre ha sido buena conmigo y desde el primer momento me aceptó como una hija más. Cuando vamos a visitar a la familia de Ilker en Turquía ella siempre cocina platos que nos gustan, nos da lo mejor que tiene en casa, incluso la mejor habitación para que estemos cómodos. Con su familia, conocí el verdadero valor de la hospitalidad, la generosidad y la importancia de una familia unida a pesar de todos los problemas que pueda haber. Verdaderamente la siento como una auténtica madre, aunque ahora hará unos tres años que no la veo.

Así que después del masaje, Ilker se despide para irse a dormir al coche, con un poco de suerte ésta será la última noche que pasará allí. Mañana me traerá el Ipad y el móvil, no quiero pensar la cantidad de mensajes y llamadas que se habrán acumulado en estos 15 días y siento la necesidad de comunicarme con el exterior a pesar de mi visión borrosa. Hace poco entre él y mi padre me pusieron una televisión plasma en la habitación con el visto bueno de mis dulces e indulgentes enfermeras Cristina y Margarita. Intento verla un poco pero al rato mi visión se vuelve borrosa y no puedo seguir. Por la noche vienen a pincharme en la barriga un medicamento para que la sangre circule bien ya que todavía no me puedo mover. No siento el pinchazo y me parece extraño, pero al cabo de unos segundos siento un picor doloroso que se va extendiendo durante unos 20 minutos, y después de tomar un vaso de leche calentito (antes de dormir, por las noches tienen el detalle de ofrecerte un zumo, un poco de leche, un yogur o una infusión), me quedo dormida pensando en las ganas que tengo de volver a ver las flores de mi jardín, de jugar y dormir con mis perros o de ir a pasar un fin de semana en Can Vila (una casa rural situada en la Garrotxa) para echarnos unas risas con Gloria, Koldo y sus perritos y estar en contacto con la naturaleza. 

Estas visiones me dan fuerza para seguir luchando, por todos los buenos momentos que me quedan por vivir, por mi marido y por mi familia.

lunes, 21 de marzo de 2016

ALGÚN DÍA NOS REIREMOS DE ESTO

Entra un sol radiante en la habitación que ilumina perfectamente toda la estancia. Cristina y Margarita  entran dicharacheras para hacerme la higiene, han quitado las sábanas y me han desnudado, y mientras una me va tirando cubos de agua caliente por todo el cuerpo, la otra me va enjabonando con una esponja de arriba a abajo y con un jabón que no huele. A continuación me vuelven a echar agua para quitarme el jabón y me secan con delicadeza, terminan el proceso poniéndome aceite en la espalda, en las nalgas y en las piernas, dicen que es para evitar llagas. Me lavan el pelo entre las dos, Cristina intenta encontrar una crema suavizante para mi pelo porque dice que el champú que hay de hospital me lo va a dejar como un estropajo. Entonces se da cuenta que en una estantería hay un champú y un suavizante que alguien me habrá traído y me los aplica con toda la paciencia del mundo, hace comentarios muy bonitos sobre mi melena. Después me la secan y me hacen una coleta bien sujeta.

Dicen que volveremos a hacer lo mismo, ahora cuando entre mi marido llevaré puesta la máscara pequeña y así se irá contento, y cuando se vaya me pondrán la fuerte. Yo acepto el trato, quiero que me vea bien y no se preocupe tanto. Cuando han terminado veo que están las dos sacando algo de mi barriga y se la miran con detenimiento, ¿Qué estarán mirando? Oigo una de ellas decir que las grapas se pueden ir quitando poco a poco. ¿¿GRAPAS??¿¿QUÉ GRAPAS?? Inmediatamente me vienen a la cabeza imágenes de estos días atrás, recuerdo que más de una vez he visto las enfermeras mirar y tocar la barriga, eso quiere decir que tengo una herida importante allí...Oh no...No quiero pensar, seguro que me la curarán y cuando salga de aquí estará todo bien, me niego a mirar.


Después se ponen a hacer algo con mi brazo izquierdo, parece que les cuesta bastante pero yo no siento nada, sólo al final noto cómo me lo están envolviendo fuertemente y se van ayudando entre ellas. Imagino que me habrán cambiado el vendaje porque no veo nada, me da miedo lo que me pueda encontrar, cuando esté todo más curado entonces miraré.


Ya no siento vergüenza con ellas porque me tratan con mucho amor y naturalidad, nunca hubiese pensado que podría llegar a sentirme así de mimada en un hospital, las adoro y el rato que están conmigo siempre es agradable. Sin embargo por las tardes viene una enfermera algo mayor, es ruda y de carácter seco, y cada vez que se acerca a mí me pone muy nerviosa porque se hace un lío con los cables que están conectados a mí y los desenreda de una manera tosca y algo agresiva, me da miedo que me desconecte algo de un tirón. La vi ayer por la tarde por primera vez y me obligó a comerme la compota de manzana, me iba dando cucharadas en la boca pero demasiado rápido, me agobia esta mujer y no me siento bien cuando está en la habitación. Ayer me despertó de mi siesta diciendo que ya estaba bien de tanto dormir (había dormido dos horas) y me puse de mala leche, porque si estoy despierta y no hay nadie me aburro mucho y pienso demasiado, las horas no pasan.


Mueven la cama y me quedo en una posición sentada, me colocan una almohada bajo el brazo derecho para que me pueda apoyar y me hacen bromas sobre Ilker "Uuuyyyy... ya verás cuando te vea lo guapa que te hemos dejado", "Anda que le tienes enamorado, eh? Está aquí todo el día, no se despega de ti.", "Vaya marido que tienes, muchas quisieran...".


Ilker entra en la habitación y su expresión es muy alegre, me aparta la máscara para darme un beso en los labios y me dice que estoy guapísima, sin embargo él parece más delgado y cansado, no puedo imaginar lo que estará pasando. Le conozco y seguro que no come ni descansa bien, además siempre me repite que aunque no pueda estar conmigo en la habitación porque el horario de visitas es limitado, siempre está cerca de mi "o estoy en el coche, fumando en la calle o en la sala de espera, piensa que siempre estoy a tu lado, no me alejo de ti". Y sé que dice la verdad. Me cuenta que hay muchísima gente a nuestro lado, que nunca le dejan solo y que no tiene tiempo de aburrirse porque está todo el día atendiendo al teléfono sin parar porque la gente no para de llamar y de mandar mensajes. Todos los días me va informando de las personas que vienen a vernos o llaman, me siento agradecida por este apoyo y me gustaría mandar un mensaje por Facebook para comunicar a la gente lo que me ha pasado y dar las gracias, ya que no puedo hablar con nadie.


Cristina tiene una fabulosa idea, nos da hojas de papel en blanco y un rotulador para que yo pueda escribir y comunicarme con Ilker, ¡genial! Tengo tantas cosas que preguntarle y decirle que no sé por dónde empezar. Tampoco sé si podré escribir bien porque aún tengo la visión borrosa, pero voy a intentarlo.





Me cuesta horrores escribir, apenas puedo enfocar la vista. "TU QUE TAL" me dice que él está bien. "CASA", dice que la casa está bien pero que él no está allí porque no se mueve del hospital, me da miedo que nos entren a robar o se metan okupas porque últimamente están ocupando muchas casas de nuestro barrio. 


Hago un gesto con la mano por encima de mi barriga simulando una barriga de embarazada, Ilker no entiende y le pongo "ESTOY EMBARAZADA" y niega rotundamente "No". Qué raro, y porqué yo pensaba que sí? Aunque a decir verdad, siento un gran alivio, pero no me cuadra la nota que vi que entregaba una policía en el accidente en la que ponía que estoy embarazada, quizás lo habré soñado.

"HE PENS MUCHO EN MI MADRE" "PORQUE CUAN ELLA ESTUVO ME PORTÉ MAL" (me refiero a que me porté mal cuando estuvo ingresada en el hospital por el cáncer que sufrió). Él se queda extrañado y no dice nada, se limita a encogerse de hombros. "MOVIL", dice que esta noche me lo traerá. Escribo cosas que no entiende y prefiero cambiar de tema. "UNA VEZ DE PEQUEÑA 1 MUJER" Ilker no entiende lo que le quiero decir y me doy cuenta que la historia que le quiero contar es demasiado larga y no la voy a poder escribir entera. Le quiero explicar que una vez cuando era pequeña (pre-adolescente) una amiga de mi madre en una de sus visitas a nuestra casa me leyó la mano y me dijo que a la mitad de mi vida iba a tener un accidente o una enfermedad muy grave, iba a estar entre la vida y la muerte, pero que saldría adelante y llegaría a muy viejita, que tendría la vida muy larga. De momento parece que acertó en la primera parte. "QUE A LA MITAD DE MI VIDA HE VUELTO" Ilker asiente con ojos vidriosos. "ALLAH ES" y antes de terminar la frase, él asiente de nuevo y me coge de la mano, me ha entendido a la perfección y sigue mirándome algo emocionado, no hace falta que la termine, quiero decir que Dios es grande y es la primera vez en mi vida que digo algo así, lo escribo profundamente convencida porque "HE REZA" (he rezado) y mis rezos han sido atendidos. "CREO QUE HOY ESCRIBIRÉ 1 MENSAJE A TODOS" cuando me traiga el teléfono lo escribiré en Facebook. "ESTÁS MUY GUAPO" "Tú también", me contesta. "HE PASADO MUCHAS HORAS CADA DÍA, CANSANCIO DE TODO", "HOY LUEGO A OTRA MAQUINA" "ESTOY PREPAR" (estoy preparada para lo que me echen, con tal de salir de allí lo antes posible)"MI MAMORSITO TE QUIERO" y así, termino de escribir completamente agotada del esfuerzo y de forzar la vista. 

Ilker dice que va a guardar estos papeles de recuerdo y que algún día los miraremos para recordar y reírnos. Me besa otra vez y se va para volver en unas horas, cuando le dejen entrar de nuevo. Cada vez que sale por la puerta se me cae el mundo encima, quisiera que no tuviera que irse de mi lado, pero también quiero que descanse y se cuide, no quiero que lo pase mal ni que se aburra de estar conmigo. Menos mal que también viene mi padre todos los días, con él tengo una sensación parecida. Cuando me despiertan las enfermeras a las seis de la mañana, ya estoy impaciente por verles entrar por la puerta, y a Carmen también. Qué suerte tengo de tenerles a mi lado.




Nota:  Nunca estuve embarazada, lo que ocurrió fue que en el accidente tuve una hemorragia interna en la zona de la barriga muy grave y se hinchó, y en un primer momento los servicios sanitarios y la policía no se percataron y pensaron y comentaron entre ellos que posiblemente estaba embarazada. Lo escuché y se me quedó grabado en el subconsciente, y debí tener algún sueño muy real en el hospital en el que veía la nota y pensé que esa nota existió en la realidad cuando desperté.


lunes, 7 de marzo de 2016

ISMAEL, LA NUTELLA Y YO

Abro los ojos no sin esfuerzo, me da la sensación que me han cambiado de habitación. Llevo una máscara de oxígeno más suave. Giro la cabeza a la derecha y a través de la ventana grande cuadrada veo un día soleado y observo un montón de coches de juguete tamaño miniatura teledirigidos por unas cuantas personas que hay alrededor, hay mucho bullicio y me sorprende tener estas vistas de la calle, ver los mini-coches circulando y creando atascos en la calzada con los mini-semáforos, me gustaría estar allí para ver de cerca el espectáculo, pues siempre me han gustado las miniaturas.

Veo que Ilker está a mi lado pendiente de mí "Buenos días amor, ¿qué tal?" asiento con la cabeza para contestarle que estoy bien. Giro la cabeza hacia el otro lado y a través de la puerta entreabierta veo que se ha convocado una junta de vecinos de todo el edificio, y después de tratar los puntos del día se ponen a jugar al bingo. Hay mucha gente y tienen pinta de tener dinero, al menos unas 100 personas, caray, ¡qué bien se lo pasan algunos! Y yo aquí muerta de aburrimiento. Entra una señora mayor a la habitación a la que le ha tocado un jamón del bueno en el sorteo para preguntar si puede ir al baño, y un señor con gafas le dice que sí mientras le sujeta el jamón. El señor se jacta de que a él le ha tocado un fin de semana en un hotel rural, ¡vaya suerte! Ahora me iría yo volando a la montaña... No puedo evitar quedarme dormida otra vez mientras pienso en esa escapada rural...


Me despierto de golpe, Ilker sigue a mi lado y entra una enfermera nueva; se llama Margarita y también lleva uniforme azul, es de baja estatura, de tez blanca, pelo negro y liso, lo lleva recogido con flequillo, es muy delgada y su sonrisa es radiante, tiene la voz un poco ronca y se nos presenta con mucha alegría, dice que a partir de ahora será mi enfermera de las mañanas. Ilker la saluda con efusividad y me dice que mi primo Ismael está a punto de llegar. De mientras, Margarita dice que tiene una noticia para mí y es que hoy por primera vez...¡me dará agua para beber! Oh sí, por favor, que me la traiga urgentemente, ¡quiero quitarme esta asquerosa sequedad de mi boca!

Trae un vaso blanco de plástico con agua hasta la mitad, y una pajita para que vaya bebiendo a pequeños sorbos, dice que tengo que beber muy despacio. Me incorpora en la cama y quedo en una posición semi-sentada, me aparta la máscara de oxígeno y me acerca la pajita. ¡Allá que voy! Ooooh, ¡por fin! Siento el agua entrar a mi boca, le doy un fuerte sorbo para que entre el máximo posible de agua y Margarita me aparta el vaso "Así no, más despacio". Le hago caso y voy dando pequeños sorbos, hasta que me la termino en unos minutos. Qué alivio, mi boca por fin se refresca aunque mis labios siguen súper resecos, espero que poco a poco irán volviendo a la normalidad. Margarita dice que tenemos que esperar un rato para comprobar que no me siente mal, y si en un par de horas sigo bien, me dará más agua y seguidamente se va. Me duermo otro ratito, bastante aliviada al fin...

Al cabo de un rato, Ismael entra por la puerta con una sonrisa y lleva un paquete en la mano, es la primera vez que me ve despierta y dice que es un regalo para mí que me ha traído de Andorra. Ilker le ayuda a terminar de ponerse la bata verde y me río de nuevo, me parece cómico verle tan grandote intentando entrar en una bata más bien pequeña y luego atársela mientras oigo el ruido de algún jirón en la tela, el pobre apenas puede moverse para no destrozarla, parece un árbol de Navidad. Le veo muy contento y haciendo bromas como siempre, me entrega el regalo y... resulta que es una caja que contiene un bote grande de Nutella y una taza a juego de la misma marca, ¡¡oh!! ¡¡Me encanta!! Lo que daría yo ahora por meter una cuchara en el bote y empezar a degustarla! Llevo tantos días sin comer ni beber... Maldita sea, tendrá que esperar, !pero es que no puedo más! Ismael dice que me quería traer algo de Andorra y no sabía qué comprarme, pero cuando vio la caja no se lo pensó dos veces. No pensaba yo que me conocía tan bien. Me ve tan contenta que me hace una foto con la caja, qué gran acierto ha tenido, quisiera decirle lo agradecida que estoy por el detalle pero aún no me sale la voz.

Ilker se ha ido para que pueda entrar mi padre (sólo pueden estar dos personas a la vez). Está hablando con Ismael, que siempre sabe cómo quitar hierro a los asuntos peliagudos, cuándo hacer una broma y reírse de uno mismo, Margarita entra de nuevo en la habitación y esta vez usamos la taza nueva para llenarla de agua, sé con seguridad que a partir de hoy va a ser mi taza favorita. Para mi gran sorpresa, dice que hoy empezaré también a probar la comida. Jolines, ¡si al final a mí también me ha tocado hoy el bingo! Me da a elegir:

- Hoy empezarás a probar sólido ya que el agua la has tolerado bien. Tengo una compota de manzana muy rica de frutas, está fresquita y seguro que te va a sentar muy bien, va fenomenal para ser el primer día que pruebas la comida y es ligera. Pero si quieres, puedes elegir entre la compota o la Nutella que te ha traído tu primo - se me abren los ojos como platos, ¡no puedo creerlo!- Yo te recomiendo la compota, pero puedes elegir- Nutella, ¡Nutella por Dios! Mis oídos no pueden creer lo que están oyendo. Me pone las dos cosas delante y señalo el bote de Nutella, ¡que le den a la compota! Lo tengo clarísimo...

Margarita abre el bote y esos instantes se me hacen eternos. Coge una cucharita de plástico blanco y la introduce con suavidad en el bote para coger una pizca de Nutella. Me aparta la máscara otra vez e introduce la cucharita en mi boca... Ooooh sí, cierro los ojos y me muero de placer al saborear esa pequeña muestra de mi droga favorita, siento que por un instante estoy en el cielo... No puedo creer que el primer alimento que tomo después de tantos días sin comer sea mi favorito. ¡Qué bien me cae Margarita! Se termina rápido el sabor y abro los ojos, ¡quiero más! Y sí, Margarita es indulgente conmigo y me da otra cucharadita. Mi padre e Ismael están boquiabiertos al ver la expresión de placer que se refleja en mi rostro, mi primo está que no se lo cree, me ha hecho otra foto justo cuando estaba tomando la primera cucharadita, creo que están los dos casi llorando de la emoción. Está un rato más con nosotros y creo que me quedo dormida antes de que se vaya. 



Hoy ha sido un gran día, si me han dejado beber y comer es porque estoy avanzando, ya queda menos para salir de aquí.



Nota: Tanto los mini-coches como la junta de vecinos y el bingo fueron alucinaciones que tuve de la medicación que me administraban. Tampoco me habían cambiado de habitación pero yo la veía diferente. Mi primo Ismael vino al hospital todos los días, el día del accidente se encontraba en la montaña (La Molina) con su madre, hermano y
sobrinas porque habían ido de cámping. Él tenía que volver a Andalucía donde vive con su mujer, pero retrasó su vuelta varios días hasta que me vio despierta y me dio el regalo. Fue un apoyo muy importante para Ilker y para mi familia.


Ismael, t'envio un petó ben fort per quan llegeixis això. T'estimo molt.